Aprendizaje por proyectos

El trabajo en educación infantil se articula en torno a distintos ejes: los momentos educativos. Estos son variados:

las asambleas, en las que hablamos de lo que nos ocurre, planificamos cosas,…
tiempos de encuentro colectivo (almuerzos, pequeñas fiestas),
el juego libre en el patio
los espacios de juego y aprendizaje (a los que llamamos rincones).
las actividades más artísticas o experienciales, como los talleres,
y lo que se denomina proyectos de trabajo.

Es de esto último de lo que vamos a hablar ahora.

¿En qué consiste esta metodología?

Alrededor de un tema de interés detectado en los niños o propuesto por las profesoras – los bebés, el museo, los cuentos, las emociones, el bosque… organizamos los contenidos y actividades para alcanzar los objetivos relacionados con las distintas áreas del currículum (lenguajes, conocimiento del entorno, conocimiento de sí mismo).

Comenzamos por una actividad motivadora para introducir el tema y hacemos una recogida de los conocimientos previos de los niños.
Informamos a las familias del proyecto que vamos a iniciar, proponiéndoles su participación de una o otra forma (aportando material, acudiendo al aula para aportar sus experiencias o conocimientos, etc)
Preparamos propuestas de actividades en las que participan también otros agentes educativos, como las familias, alumnos más mayores, otros profesores, expertos en el tema etc.
Durante el desarrollo del proyecto vamos modificándolo en función de los intereses observados y aportando nuevas propuestas
Finalmente recogemos las actividades realizadas en las distintas lenguas y reunimos todo el trabajo en un dossier que posteriormente enviaremos las familias.

Como vemos, se trata de una metodología abierta, que permite hacer a los niños partícipes de su propio aprendizaje y fomenta la relación familia-escuela, beneficiosa para todos.